Anglicismos y modas y más

Está claro que nuestro lenguaje cotidiano se anglifica a marchas forzadas. No hace falta más que tener alrededor a algún adolescente para darse cuenta. Dentro de nada no entenderemos su jerga, como cuando escuchamos a algún latino hablar el spanglish de Estados Unidos. Sobre este tema ya escribí hace tiempo,  de hecho, y cuanto más reflexiono sobre ello, más imparable creo que es.

Por dos motivos lo de imparable: primero porque cada generación necesita diferenciarse de la anterior y segundo porque hay que vender, amigas.

En los últimos días he estado anotando en mi cuaderno palabras que se están convirtiendo en comunes. Y es que, ¿quién quiere usar una faja? Fajas eran lo que usaba mi abuela. Mi madre jamás ha llevado falda, así que de eso ni hablamos… y yo, pocas veces la verdad, pero si me diera por ahí, quizá sería más propensa a utilizar un shapewear que una faja, así de claro. Vale. Shapewear es genérico: lo mismo vale para faja que para corsé, pero identifica claramente lo que se pretende identificar. Y sí, hay una palabra castellana… tan en desuso como lechuguino.

Otra de las palabras que he anotado es sundrying, que básicamente es tender al sol. Chúpate esa. Parece que todo el mundo tiene secadora en su casa y la tendencia de moda (sic) es colgar la ropa al sol en tu patio o terraza o balcón. Lo que viene siendo tender de toda la p. vida, vaya. ¡Y además es ecofriendly! ja, ja, ja, ja. Vale, ya paro.

Podríamos hablar de fake news, que es filfa de toda la vida… o de las chanclas, que ahora son sandalias thong (pronunciado zong) o de las camisetas de tirantes, que ahora son t-tanks (pronunciado titanks).

Pero da igual.  Porque de lo que se trata es de que la nueva generación se diferencie de la anterior. Lo mismo que a mí me sonaban antañones mis padres y anacrónicos cuando hablaban de los guateques (¿qué eran los guateques sino botellones o botelloncillos, eh?) y de lo carrozas que eran?

Imagino que es igual que lo que sienten mis hijos cuando yo digo que algo me mola o que es guay. A mí me daba vergüenza ajena de mis padres y a ellos les da cringe de los suyos. Pero en realidad, es lo mismo.

Así que lo importante, en mi opinión, no solo es conocer y saber emplear bien el idioma. Es imprescindible, para llegar a nuestro público, conocer el idioma que este público habla. Y si ahora usan anglicismos, habrá que conocerlos e, incluso, emplearlos, ¿por qué no?

 

 

 

 

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2 comentarios

  1. Sabes Cris? Precisamente ayer leyendo una novela en francés me di cuenta de que tanto en inglés como en francés hay un término para denominar a las camisetas de tirantes. Tank en inglés, débardeur en francés. Yo tiendo a usar anglicismos o galicismos cuando economizo tiempo o son más precisos que sus equivalentes en castellano.