No conozco una sola charla molona en la que la audiencia no esté involucrada.

¿Involucrada? Pendiente, entusiasmada, interesada, divertida, absorta, comprometida, enchufada… creo que queda claro a qué me refiero.

Ojo, que involucrar a la audiencia no significa obligatoriamente empezar la charla con un: “que levante la mano…”, que no digo que no se pueda hacer… pero últimamente está en demasiadas charlas y empieza a estar muy visto, especialmente si lo haces nada más empezar tu charla o si la pregunta es demasiado obvia.

Ahora nos tenemos que trabajar un poco más el efecto wow y, sobre todo, cómo mantenerlo durante el rato que estemos hablando.

 

Para ello, es fundamental conocer a nuestra audiencia. ¿Qué les motiva? ¿Qué les gusta? ¿A qué van a responder mejor? ¿Qué chistes o chascarrillos van a entrar mejor? ¿De qué forma puedo conseguir que se muevan o conmuevan?

Por ejemplo: a mis estudiantes les suelo poner canciones que sé que conocen, de memes, muchas veces: solo una frase, la justa para que reconozcan la canción. Eso levanta un murmullo siempre y sé que estarán conmigo los siguientes minutos…

Quizá poner música no siempre sea posible bien por motivos técnicos o porque en tu charla concreta no venga al caso. Pero si queremos tender un puente permanente con la audiencia hay técnicas que podemos utilizar.

Las he clasificado en tres grandes bloques según cómo funcionan en las charlas en funcionan siempre, a veces o a veces y con riesgo.

Funcionan siempre

A lo largo de mis muchísimos años asistiendo a conferencias, impartiendo formaciones y como speaker coach he visto miles de charlas. Estos son las técnicas que funcionan el 100% de las veces.

1. Utiliza storytelling

Busca anécdotas e historias (que te hayan pasado a ti o a alguien que conozcas…). Las historias tienen el poder de conectarnos. No lo digo yo, lo dice la ciencia. Cuando escuchamos una historia nuestro cerebro activa no solo las partes de proceso de lenguaje, sino también cualquier otra área que usaríamos si estuviéramos viviendo los elementos de esa historia.

Por eso es importante ir anotando las anécdotas e historias que nos pasan… para tener un buen repositorio del que tirar cuando tenemos que buscar una historia interesante para una charla. También pueden servir historias de películas, series, libros… lo que se te ocurra… pero que sean relevantes para la charla (y a la audiencia).

2. Pon ejemplos

¿Cómo puedo aplicar en la vida real eso que me estás contando? Los ejemplos relevantes y aplicables ayudan a la audiencia a entender mejor y recordar lo que les estás diciendo. Por ejemplo (ejem) cuando explico la importancia de tener una tarjeta de visita vistosa y clara siempre cuento una vez que fui a FITUR y a la vuelta tenía dos bolsas llenas de tarjetas que no sabía ni de dónde habían salido, ni quién era quién ni nada… Si las tarjetas hubieran tenido una foto o sido llamativas, me acordaría de quién eran.

Con los ejemplos pasa como con las anécdotas. Puedes tener un registro de ejemplos claros para usar cuando los necesites.

3.Lenguaje sencillo

¿Qué es lenguaje sencillo? Pues el lenguaje que TODA tu audiencia comprende sea cual sea el tema del que estés hablando. Hay un sesgo cognitivo llamado maldición del conocimiento que hace que perdamos la conciencia sobre lo que estamos hablando y las palabras que usamos. Como nosotros estamos acostumbrados a utilizar un lenguaje determinado en nuestro entorno, pues damos por hecho que es común para todo el mundo… pero esto no es así.

Somos las reinas y los reyes de la jerga: el que no usa anglicismos, usa palabras técnicas, todas y todos usamos muletillas

Seamos conscientes de quién es nuestra audiencia y adecuemos nuestras palabras a ella… y, como decía George Orwell, no uses una palabra larga donde puedas usar una palabra corta.

4. Usa callbacks

Un callback es una técnica mediante la que se hace referencia a algo que se mencionó previamente en un discurso. Podemos aprovecharlos para hacer chistes o recordar anécdotas y sirven para reforzar un punto o provocar la risa a través de la repetición y el reconocimiento.

Puedes retomar un tema con un ejemplo o con un resumen o con un “como decía antes”… pero primero identifica aquello que quieras que la audiencia recuerde y la mejor forma de hacerlo para ti.

Personalmente me gusta mucho este recurso porque estás apelando directamente a la inteligencia de la audiencia, que, por otro lado, tiene que estar atenta para pillarlos. Bien usados, son muy muy útiles.

5. Usa la empatía

Comprender a una audiencia y preocuparte por lo que está sintiendo es fundamental. ¿Cuáles de tus historias pueden encajar mejor con lo que ellos piensan o sienten en un momento concreto? Si nos anticipamos a lo que están pensando podremos añadir algún golpe de efecto a nuestra charla… y de nuevo apelar a la inteligencia de nuestra audiencia.

6. Personaliza

¿Conoces en persona a alguna de las personas de tu público? Busca ejemplos que le toquen directamente. Funciona mejor si lo haces con varias personas del público. Dirígete a una para una pregunta concreta, luego a otra… O también para decir algo que les incumba de forma directa. Señálales y hablales directamente.

 

Funcionan a veces

El epígrafe es autoexplicativo pero lo dicho, las siguientes técnicas son para usar con precaución. Esto no significa que no las puedas usar, al contrario… porque son muy efectivas, pero no siempre te funcionarán y, cuando no lo hagan, pues no pasará nada. Los mejores monologuistas ensayan sus gags con el método del prueba-error… Pero utiliza estos recursos con moderación y cuidado, como si fueran algo frágil que puede romperse.

7. Multimedia

Usa vídeos, fotos, sonidos…  o un mix para que tu presentación sea más dinámica e interesante. Cuida que no distraigan de tu mensaje. Cuida que funcionen bien a la primera (o sea, pruébalos antes de tu charla). Que el vídeo no sea larguísimo. Edítalo antes. Que las fotos sean profesionales. O que lo parezcan.

8. Humor

Usado sabiamente, el humor puede ser una de las mejores herramientas para aliviar la tensión y mantener a la audiencia conectada. Peeero, ni todas las audiencias ni todos los temas se prestan para ello. Prudencia y sabiduría. Ya he diseccionado el discurso campeón del mundo de 2022 y cómo, precisamente el humor, fue lo que le dio alas… pero preparado, medido. Los chistes que te gustan a ti, a tus amigos o pareja puede que no sean los adecuados para ese público concreto al que estás hablando.

9. Usa analogías y metáforas

El lenguaje visual ayuda a poner imágenes en la mente de tu público. Pero de nuevo, que tú lo veas claramente no significa que tu audiencia sí. Las metáforas son poderosísimas. Evocan sin decir. Para explicar conceptos complejos o abstractos suelen funcionar fenomenal pero también pueden ser malinterpretadas o mal traducidas en otros contextos culturales. Busca analogías que tu público entienda. Si tienes alguna duda, mientras estás construyendo tu charla, pide a alguien que te dé feedback.

10. Actividades

Puedes realizar una activación mediante la realización de una actividad. Que escriban en un papel una palabra, que le den la mano a la persona de al lado… Otra vez llegan los peros… y es que ni todas las actividades ni todas las audiencias o situaciones son adecuadas. Y el vamos a estirarnos que estamos en la hora de la siesta está ya más visto que el tebeo…

11. Interactúa

Busca otras formas de interacción, como levantar la mano si creen una cosa o la otra haz preguntas…

OJOCUIDAO aquí.

Las preguntas retóricas las carga el diablo y están ultrarrequetesobreutilizadas. Si vas a hacer una pregunta retórica, que no sea obvia, porfaplis. Si lo usas una vez, no te pases la charla pidiendo al público que conteste cosas. Varía. Creatividad al poder.

 

Usar con precaución

Por último, hay otras técnicas que hay que usar con precaución. De nuevo, no se trata de no utilizarlas nunca sino de ir experimentando en entornos seguros hasta estar en la certeza de que nos funcionan y en qué momentos lo hacen.

12. La autopromoción

Mi libro… yoyoyoyoyo… que sí, que eres una persona experta (de hecho, por eso estás haciendo esa charla)… pero nadie, créeme, absolutamente nadie quiere escuchar tu libro. Quieren escuchar qué de tu libro pueden aprovechar para sí mismos. Así que si vas a hacer autopromo, que sea moderada, en algún momento apropiado o que venga al caso. Si no, es mejor que la promoción la hagan las personas que te vayan a presentar.

13. Usar el shock

Mostrar una imagen o un audio muy impactante o compartir una historia extrema, sin duda, capta la atención de la audiencia… pero también nos pueden percibir como manipuladores o sensacionalistas y pensar que era innecesario… y con ello, estarán fuera de nuestra charla. ¿Puedes usarlos? ¡Claro! El inicio de la charla de Anelise Borges en TEDxVitoriaGasteiz 2019 es absolutamente chocante… a oscuras se escuchan gritos y chapoteos… esperamos lo peor… Pero ella lo hizo efectivo por cómo recondujo después y cómo nos guió a través de las historias enlazadas de tres migrantes.

14. Uso de temas controvertidos

¿Queremos polarizar? ¿Estamos seguros de cómo va a reaccionar nuestra audiencia? Si las dos respuestas son no, entonces con mesura… porque lo último que queremos son debates acalorados o una audiencia enfadada o molesta. Por otro lado, el debate sobre algún tema también podría estar bien… pero lo dicho: con inteligencia y medida.

15. Improvisa

La pongo la última adrede. Y lo hago porque no soy nada amiga de las improvisaciones. Creo que las charlas hay que prepararlas y que no, no eres mejor orador cuando improvisas aunque hagas millones de charlas cada temporada. Al contrario: muchas veces dirás las cosas de casualidad y no buscándolas o queriendo.

Con todo, siempre puede haber una pregunta inesperada o un momento en el que puedas dar rienda suelta a tu agilidad mental y a improvisar una parte de tu charla. Adelante… pero sabiendo que tienes muchas papeletas para que algo no salga bien.

¿Hay una persona en la audiencia vestida de un color determinado? ¿Alguien conocido a quien puedas nombrar? ¿Alguna anécdota con esa persona que venga al caso justo en este momento? Este sería el momento.

 

Creo que estas quince técnicas pueden ayudarte a construir una mejor relación con tu audiencia en cualquier contexto. Ya me contarás qué tal te va utilizándolas.

 

 

 

 

 

 

 

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