Cuando hablamos de figuras literarias o figurar retóricas , nos referimos a las que estudiamos en algún momento de nuestra educación primaria (y secundaria) y que tenemos guardados en lo más profundo de nuestra memoria.

Las figuras literarias son mecanismos que alteran el uso normal del lenguaje para obtener un efecto especial. Ayudan a captar la atención, pueden sorprender y facilitan la comunicación eficaz gracias a su poder persuasivo. En nuestro lenguaje cotidiano utilizamos figuras retóricas sin cesar, aunque no seamos conscientes de ello.

Por ejemplo, las metáforas, que son las figuras en las que se identifica algo real con algo imaginario, siempre que haya una relación de semejanza entre ambos: estar en la flor de la vida, en lugar de estar en plena juventud o estar en el candelero por estar de plena actualidad. Obviamente no estás literalmente ni en la flor de la vida (¿qué es la flor de la vida?) o en un candelero, pero utilizar la metáfora añade belleza a nuestro lenguaje y, por lo tanto, es más eficaz en su misión, que es la de trasladar información entre personas.

Algunos recursos son especialmente bellos cuando se utilizan en discursos y charlas y hoy os voy a hablar en concreto de seis de ellos, para que los empecéis a usar.

 

Anáfora y epífora

La anáfora consiste en la repetición intencionada de palabras al comienzo de frases o versos generalmente consecutivos. La anáfora es ampliamente utilizada en retórica, como ya vimos en el análisis del discurso de Greta Thunberg ante la ONU. Discursos famosos que contienen anáforas, que incluso llegan a convertirse en el título del discurso son el «I have a dream» de Martin Luther King o el archiconocido «Yes we can» de Obama.

La figura contraria a la anáfora es la epífora, que consiste en la repetición pero en este caso al final de las frases o versos. La epífora se utiliza muchísimo en letras de canciones, en poesía y también podemos usarla para dar énfasis en nuestros discursos.

«En un chico malo no, no, no
Pa’ fuera lo malo no, no, no
Yo no quiero nada malo no, no, no
En mi vida malo no, no, no»

Aitana, Ana Guerra – Lo Malo

O esta otra, de Manu Chao:

«me dicen el clandestino
yo soy el quiebra ley
mano negra clandestina
peruano clandestino
africano clandestino
marijuana ilegal»
Manu Chao – Clandestino

Polisíndeton

Esta figura consiste en el uso de conjunciones innecesarias dentro de la oración.
Y nos dieron las diez, y las once, y las doce, y la una, y las dos, y las tres.
Esta figura ayuda a disminuir el ritmo de nuestro discurso y enfatizar alguna de sus partes e intensificar la expresión.
Hay que usarlo con moderación porque puede resultar cargante.

Quiasmo

El Quiasmo es una figura retórica que consiste en intercambiar dos ideas paralelas y opuestas.
Una de las frases de discursos más famosas es un quiasmo, pronunciado por John F. Kennedy en su discurso de investidura en 1961: “No preguntes lo qué tu país puede hacer por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”.

Cuando escuchamos un quiasmo, a nuestro cerebro le encanta el juego y se queda con la copla. Por eso es una figura que se utiliza muchísimo en publicidad y comunicación.

¿Somos lo que compartimos o compartimos lo que somos?

Todos dieron algo pero, algunos lo dieron todo.

Triadas

Son series de tres palabras o frases que tienen una cierto paralelismo en cuanto a estructura, longitud o ritmo.
En ocasiones las frases serán más largas y pueden contener otras figuras, como las anáforas. Otras veces, son más cortas.
Por ejemplo: veni, vidi, vici o padre, hijo y espíritu santo.
Pero, como apunta John Zimmer en su web, hay ejemplos bellísimos y más largos, con estructuras más complejas.

“After this great liberator is laid to rest, and when we have returned to our cities and villages and rejoined our daily routines, let us search for his strength. Let us search for his largeness of spirit somewhere inside of ourselves. And when the night grows dark, when injustice weighs heavy on our hearts, when our best-laid plans seem beyond our reach, let us think of Madiba and the words that brought him comfort within the four walls of his cell: “It matters not how strait the gate, how charged [with punishments] the scroll, I am the master of my fate: I am the captain of my soul.”
Barack Obama, funeral de Nelson Mandela, 2013.

Onomatopeya

La onomatopeya consiste en utilizar palabras cuya pronunciación imita o sugiere sonidos naturales.
¡Zas! ¡Mu! Tolón, tolón…
Es tan sencillo como efectivo. Nos aporta variedad en el ritmo y el tono y nos obliga a salir de nuestra línea discursiva y esto siempre resulta refrescante y sorprendente para nuestra audiencia.

Probad estas figuras, sentíos cómodos con ellas y ya veréis cómo mejoran drásticamente vuestras charlas y discursos. Y, después, me lo contáis.

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