Creo que hay mucha confusión con esta palabra y su significado. Cuando la escuchamos, todos pensamos en hombres de negocios super exitosos, políticos, gente que está a la cabeza de algo y a los que el resto de nosotros seguimos como si fuéramos ganado (al menos, así es como se ve desde fuera). Pero el liderazgo implica mucho más y las buenas noticias son que se puede aprender a ser un buen líder.
Así que, ¿qué significa ser un líder? Empecemos por el principio, por la definición de líder: es una persona que encabeza un grupo o movimiento social, político, religioso, etc. Teniendo en cuenta esta definición, quien quiera que esté a la cabeza de un grupo es un líder. Y, por supuesto, así es… al menos en teoría. Pero, ¿conoces alguna situación en la que el grupo es “liderado” por alguien que claramente no es un buen líder y cuyo líder “real” es otra persona? Como digo, ser un buen líder implica algo más que llevar un título.
El liderazgo es una cualidad que necesitamos que reconozcan en nosotros. No es suficiente con autoproclamarse líder o que nos toque serlo. ser un líder tienen que reconocérnoslo los demás.
Hay personas que nacen con las cualidades naturales para el liderazgo. Piensa en cuando eras un chaval en el cole; había niños que eran el centro de atención, todo el mundo quería jugar con ellos, capitanes de los equipos deportivos… A lo mejor estos niños no eran más listos o mejores estudiantes que los demás, pero tenían esta cualidad natural para ser el centro de atención donde quiera que fueran.
Otras personas sencillamente no quieren ser líderes. Quieren ser anónimos y no quieren atención en absoluto. Así es como debería ser. No soy capaz de imaginar un mundo donde todo el mundo quisiera ser un líder. Pero hay momentos en los que es necesario asumir el liderazgo y tenemos que estar preparados para ello, pero ¿cómo?
Un buen líder te acompaña y te ayuda a sacar la mejor versión de ti mismo sin forzar nada. Un buen líder no se pone celoso y nunca piensa que otra persona le va a quitar su liderazgo. Una de las mejores cosas que nos puede pasar en el trabajo y en nuestra vida personal es tener un buen líder cerca nuestro. Estas personas te hacen pensar, “un día quiero ser así”. Te hacen esforzarte más, cualquiera que sea la tarea que tengas que hacer.
Si eres líder, eres influenciador. Poner juntas ambas palabras es redundante. No puedo entender la expresión “líder influenciador” que algunos ponen hoy en sus currículums. No sé si pensaréis igual que yo, pero estas palabras juntas me hacen estremecer y tengo la impresión de que la persona que las usa está tratando de engañarnos.
Un líder es una persona que influye en la forma en que otros hacen las cosas, en cómo perciben sus mundos. Alguien que se las apaña para cambiar los puntos de vista y de actuación de los demás. ¿Os imagináis a un líder que no sea influyente?
Yo tampoco.
Los caminos del líder son inescrutables. Con alguna excepción, que ya hemos mencionado, la de esta gente que ya desde su más tierna infancia destaca entre la multitud y están predestinados a liderar. Pero, ojo cuidao, esto no implica que un líder sea un tirano. Puedes aprender a ser un buen líder del mismo modo que puedes aprender casi cualquier otra cosa en esta vida.
Comunicación
Un buen líder es un buen comunicador. Sabe lo que quiere y sabe cómo lo quiere y, lo que es más importante, sabe cómo informar a su equipo, no importa si es un equipo de trabajo, uno deportivo o sus amigos de toda la vida. Tiene visión estratégica y camina dos pasos por delante del resto de nosotros y, por supuesto, es suficientemente ágil para cambiar y adaptarse a un nuevo plan cuando es necesario.
Habilidades interpersonales
Un buen líder es capaz de manejar la complejidad de los miembros de su equipo. Puede coordinarles, como los buenos directores de orquesta coordinan a los músicos individuales para sonar como un conjunto. Para ser un buen líder, tienes que saber escuchar, especialmente lo que es obvio y también lo que no es tan obvio. A veces, los ríos dan señales antes de desbordarse. Lo mismo en los equipos con sus líderes, que necesitan interpretar esas señales antes de que sea demasiado tarde.
El liderazgo no se puede imponer
Cuando se impone un liderazgo para lo mismo que en la naturaleza. Dos ciervos pelean por su territorio; uno gana y el otro pierde. El que gana se lo lleva todo, la manada y el territorio; el que pierde se va con el rabo entre las piernas. Esto no significa que no pueda volver en otro momento y volver a disputar lo que considera suyo, a lo mejor cuando el líder actual esté en baja forma. Aunque no es lo mismo si lo extrapolamos a una organización compleja. En las organizaciones no cualquiera puede asumir un liderazgo que no es suyo, aunque haya ganado la batalla, porque esto podría llevar a fricciones innecesarias en los equipos. De nuevo, uno no es líder porque él lo diga, se lo tienen que reconocer.
Conocimiento de los roles
Para ser un buen líder, tienes que conocer en detalle los roles de cada miembro de tu equipo. Principalmente por dos motivos: necesitas saber qué puedes esperar de cada uno de ellos (incluso para contratar a la persona adecuada para un puesto, para ajustar los objetivos personales y para resolver conflictos); y necesitas conocer estos roles para planificar, liderar y evaluar los objetivos globales como equipo y para llevar a este equipo a obtener un resultado de éxito.
No es difícil conocer los roles de un equipo. Es incluso posible que otros te reconozcan como líder natural y, además, es posible que tengas las habilidades personales. No sucederá de un día para otro, claro, pero a lo largo del tiempo, con trabajo y esfuerzo personal, te podrás convertir en el líder que quieres ser.
De nuevo, es muy importante recordar un punto obvio. No todo el mundo puede ser un líder, puedes aprender las habilidades pero hay personas que, por unos u otros motivos, no quieren o no tienen las habilidades para ser un líder.
Hay mucha gente feliz siendo gregaria y trabajando en segunda línea y que no desean tener ningún tipo de responsabilidad más allá de lo mínimo. Genial. ¿Te imaginas un mundo donde todos quisiéramos ser líderes? Yo no puedo. Ni quiero.
Y un recordatorio final; desconfía de los “líderes influenciadores”. Sólo venden humo.