Una pregunta recurrente en mis formaciones es ¿cómo elijo la foto perfecta para ilustrar tal cual punto? Como bien dice Nancy Duarte en Slide:ology, esto no solo no es tarea fácil sino que puede suponer un 60% del tiempo de preparación de nuestra presentación. De cómo elegir las fotos y transformar conceptos complejos en visuales, hablaremos otro día. Hoy quiero hablaros de cómo tienen que ser las fotos que finalmente seleccionemos y en qué nos tenemos que fijar:
Que se adecúe a tu audiencia
Pensar en nuestra audiencia es lo primero que tenemos que hacer cuando nos enfrentamos a una nueva presentación. ¿Quiénes son? ¿Qué necesitan? ¿Cómo les vamos a transmitir nuestro mensaje? ¿Qué conocen? ¿Qué les gusta?
Si tu audiencia son millennials, quizá usar un fotograma de una peli de los 80 no va a ser lo mejor para ilustrar uno de tus puntos. Si no te consta que a tu audiencia le guste el mundo del motor, hacer metáforas con el universo de la mecánica seguro que no es buena idea.
Que se adecúe a tu mensaje
¿Qué es lo importante de tu mensaje? ¿Qué es lo que quieres destacar? Dependiendo de lo que quieras decir, tendrás que elegir una u otra foto.
¿Cuál elegirías si tuvieras que representar el que antes del descubrimiento de la penicilina la gente se moría de anginas?
Podemos poner el foco en el hospital, donde la gente se está muriendo. Es anacrónico y vemos claramente el efecto otra época.
Podemos poner el foco en la penicilina, que es la cura de las enfermedades de origen bacteriano y que supuso un antes y un después en la historia de la medicina.
O podemos poner el foco en la bacteria, y para que nos resulte maligna del todo, el fondo es rojo.
Tu mensaje manda.
Que sea de calidad
Mil veces me he encontrado con presentaciones que utilizan fotos demasiado pequeñas y que al escalarlas se pixelan. El efecto es horrible. Además, no es lo mismo ver una foto en nuestra pantalla de la oficina que proyectada en un auditorio.
Para que una foto sea de calidad tenemos que tener en cuenta la resolución de la foto. En lenguaje técnico esto se expresa en dpi (dots per pixel o píxels por pulgada). Calidad fotográfica, para impresión, suele estar en torno a los 300dpi. Para una presentación suele ser suficiente con 70-100dpis. Luego tenemos el tamaño, que no solo estará ajustado a la pantalla de nuestra presentación sino que debería estar en función de dónde la vayamos a proyectar. Para esto, es útil hablar con los técnicos y que nos indiquen a cuánta resolución proyecta su sistema. Hoy, con los HDs y demás, podemos encontrarnos con proyectores verdaderamente potentes y debemos tender a buscar fotografías que tengan un mínimo de 1024×768 píxeles.
Procura ir a formatos de pantalla completa para las fotografías, que se vean bien. Y no las distorsiones al modificar su posición. He visto casos de fotografías (y logotipos) distorsionados no una, sino varias veces. El acabose.
Que no tenga marca de agua
Si la foto tiene marca de agua es que tiene dueño y que ese dueño no eres tú. Tienes dos alternativas y ninguna pasa por tratar de borrar la marca de agua. Una es comprarla: puedes comprarla en el stock de fotos de tu elección y ya podrás usarla para siempre en tus proyectos. Otra es buscar una foto similar en un stock de fotos gratuito de tu elección. Bancos de imágenes hay para todos los gustos, por suscripción mensual, anual o por proyectos y también los hay gratuitos. Puedes recurrir a Flickr o a Google, pero asegúrate de disponer de los derechos de la imagen para usarla. No todo lo que está en internet es gratis ni está a tu disposición para su uso.
Ojo con la perfección de las fotos de stock
El uso masivo de bancos de imágenes ha provocado un aluvión de fotografías de reuniones perfectas, empresas perfectas donde todo el mundo es guapo y sonríe muchísimo. Yo suelo pensar en Village People: el indio, el vaquero, el mecánico…
El mundo real no es perfecto y la perfección raramente representa la realidad que queremos contar. En este post escribí más sobre cómo elegir una foto de stock y que no sea aburrida.
Que tenga espacio en blanco
El espacio en blanco lo usaremos para poner el texto que tengamos asignado en esa diapositiva. Es un espacio (que no necesariamente es blanco, claro) que carece de elementos importantes dentro de la foto.
Piensa en el balance entre géneros
Importantísimo. Cada vez más. No nos damos cuenta, pero nuestra audiencia sí que está despertando. Tenemos que elegir fotos con un equilibrio entre los géneros de los protagonistas. Leed equilibrio. Lo mismo para nuestras presentaciones que para nuestras páginas web o resto de materiales corporativos. Solo corbatas ya no vale. Si solo se ven corbatas, quizá te estés perdiendo un 50% de cuota de mercado.
Una clave adicional es no usar fotos. No necesitas que haya una foto en cada diapositiva. Puedes cambiar el ritmo de tu presentación dejando una diapo en blanco (negro) o poniendo una frase o una palabra clave sobre una diapo de color en contraste.
Espero que estos puntos os sean de utilidad, ya me contaréis cómo os va.