No me puedo abstraer del mundo que me rodea y, por supuesto, yo también tengo que hablar sobre el covid-19.
Escribo esto desde mi decimocuarto día de confinamiento tras haber leído y visto, como podéis imaginar, cientos de noticias y anuncios de todo tipo verdaderos, semiverdaderos y totalmente falsos. La situación es dramática por las cifras. A esta hora son ya 42058 los contagiados oficiales en España (puede que el número de contagios reales multiplique por diez esa cifra), con más de 2500 muertos. Ninguna broma.
Por supuesto, la situación del mundo de los negocios es absolutamente desigual. Los hay que continuan trabajando en fábricas, en obras o desde sus casas como si nada hubiera pasado, los hay que se han visto mínimamente afectados con algunas cancelaciones y los hay que han tenido que cerrar su tienda o que no pueden dar su servicio y, con el cierre, han dejado drásticamente de operar y, por lo tanto de facturar.
Con este panorama ya podemos decir que estamos inmersos en una crisis en toda regla. Todos tenemos en mente la anterior crisis económica y financiera. De hecho, el otro día pensaba que mis hijos prácticamente solo han vivido en crisis… pero esta es otra historia. Comunicar en tiempos de crisis es difícil. Requiere dosis enormes de empatía y de tacto a partes iguales. Así las cosas, me he permitido clasificar a las empresas (o a sus agencias) en varios grupos, según he constatado que están comunicando en estos días.
Los que no hay por dónde cogerlos…
Hay gente sin tacto y luego está la Tesorería General de la Seguridad Social… que, además, ponen visuales, para que no se pierda la información en ningún timeline… nada de medias tintas ni de tonterías. Al grano. Como no paguéis, ¡zasca!
Los que tratan de sacar tajada
A río revuelto, ganancia de pescadores… y aquí encontramos a muchísimas empresas. Algunas sé que no lo hacen con mala intención, pero recibir, de repente, newsletters de El Corte Inglés o de Fnac ofreciéndome el mejor cine en casa o los mejores electrodomésticos de limpieza me chirría a más no poder… Por no hablar de las escuelas de negocios o de otro tipo que han aprovechado para publicitarse con buenas menciones a la palabra de moda. Ejem.
Los que hacen como si no estuviera pasando nada
Luchar contra el sexismo es importantísimo siempre… pero no sé si pagar para poner este anuncio en este momento es lo más adecuado, la verdad…
Los que reconvierten orgánicamente parte de su negocio
Si tu negocio es hacer comida para cáterings y te cierran los cáterings… puedes seguir con tu negocio si en vez de a empresas sirves a domicilio. ¿No? Lo mismo aplica a cualquier empresa que ahora esté repartiendo a domicilio…
Los que te dan algún extra… ojo que la bola puede venir con bolea
Accede a todos los recursos gratis… pero antes regístrate y mete tus datos de pago para clavártela el segundo mes cuando se te haya olvidado que te has registrado… Me parece feo feo.
Hay muchas empresas y autónomos que se han sumado a esta ola de abrir sus recursos y está fenomenal, vender o tratar de hacerlo no solo es legítimo sino que es una necesidad… pero aprovecharse de las circunstancias puede que no lo sea tanto.
Los que no hacen nada pero les sientes contigo
Hay empresas que teletrabajan estos días y que tampoco tienen gran cosa que decir… pero sentir su calor y su compañía en estos momentos reconforta… Gracias por la empatía.
¿Qué me decís? ¿Qué sensaciones os han provocado las diferentes comunicaciones de empresas en estos días? ¿Creéis que van a afectar a vuestra relación con ellas en el futuro?