Cómo convertir conceptos complejos en visuales para nuestras presentaciones

Una de las tareas más complejas a las que nos enfrentamos cuando nos toca hacer una presentación, es elegir las fotografías que ilustrarán nuestras diapositivas. Esta tarea puede representar hasta el 70% del tiempo de preparación de una presentación. De hecho, Nancy Duarte en su libro Slide:Ology, nos habla de esta cifra, que he podido corroborar a lo largo de los muchos años realizando presentaciones para mí y para otros.

Aunque no hay atajos, porque cada presentación es diferente (y, por lo tanto, lo deben ser las imágenes que elijas para ilustrar los diferentes conceptos), yo sigo un método que me ayuda a minimizar el tiempo que paso seleccionando fotografías en los bancos de imágenes y que es el que os voy a contar hoy.
Por ejemplo, si queremos ilustrar un concepto sencillo, como «Tengo una idea», ¿por qué debo elegir una representación u otra? ¿Dicen lo mismo? Acudiendo a un banco de imágenes gratuito, como es PxHere, y haciendo una búsqueda sobre la palabra «idea», nos encontramos con infinidad de imágenes.

Algunas representan bombillas, un clásico, pero un clásico pasado que si lo analizamos un poco no resiste el (crudo) paso del tiempo porque, amigas, amigos, las bombillas ya no son así… como los teléfonos ya no son de rosca, como la música no se escucha en tocadiscos…
En otras vemos papeles en blanco, bolígrafos, papeles arrugados, representando la inspiración. Puede que nuestra idea tenga que ver con eso o puede que no, puede que tenga más que ver con el inicio de un camino o un puzzle o con algo más abstracto.
¿Cómo elegimos nuestra visualización de «tengo una idea» perfecta, entonces?

Piensa en tu audiencia

¿Qué conocimientos tiene sobre el tema del que vas a hablar? ¿En qué tipo de circunstancia vas a presentar?
Los visuales de tu presentación tienen que ser coherentes con la idea de la que vas a hablar, pero también con el contexto en el que estás presentando. Por ejemplo, si tu audiencia es de negocios, quizá la imagen de una pizarra en blanco no sea la más adecuada; si tu audiencia son jóvenes, quizá la bombilla incandescente no represente del todo bien lo que ellos entienden como idea.

Utiliza un buscador de imágenes

Puedes utilizar tu buscador favorito (Google, Duck Duck Go, Ecosia…) si el concepto se te atraganta o no encuentras lo que necesitas a la primera en tu proveedor de fotografías.
En ocasiones necesitarás sumar conceptos:

concepto1+concepto2+concepto3

Por ejemplo: enfermo+hospital+antiguo

Porque, ¿qué necesitas representar? ¿Al médico? ¿Al enfermo? ¿El hospital? ¿Todos ellos? ¿La enfermedad en algún punto del pasado? Haciendo scroll en el buscador, terminarás llegando a una imagen que se ajuste a tu necesidad. Quizá debas ajustar tu búsqueda y probar con «enfermo+médico+viejo» o incluso cambiar esta búsqueda varias veces. Cuanto más la ajustes, más certera será la devolución que te haga el buscador. Y, ojo, quizá esa foto perfecta que acabas de encontrar tenga derechos de autoría y no puedas utilizarla en tu presentación, pero ya tendrás más claro qué es lo que necesitas encontrar para tu presentación.

Crea tu propia imagen

Puedes usar el propio software de presentaciones (PowerPoint, Keynote o el que utilices) para elaborar un gráfico o una tabla simple o para diseñar tu imagen. O también puedes diseñar una imagen a partir de varias, como en el ejemplo que os muestro a continuación. Para representar «idea» la bombilla se quedaba corta y la mujer teniendo varias ideas era mucho más adecuada y como no encontré ninguna foto, la creé yo misma.

Crea un banco personal

Este aspecto es fundamental para ahorrar tiempo. Todos solemos trabajar en temas que representamos una y otra vez de la misma forma (o de formas parecidas). Una vez que hemos encontrado la representación ideal de nuestro concepto y hemos descargado una foto, archivémosla en nuestro disco duro con etiquetas para que podamos encontrarla cuando necesitemos presentar este concepto de nuevo y así no tener que pasar por el proceso de búsqueda.

Recuerda que en presentaciones la máxima debe ser simplificar el mensaje para tu audiencia y que en cada diapositiva solamente debería haber un mensaje. Ya nos contarás qué tal te va poniendo en práctica estos cuatro pasos.

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